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El plástico es un material convertido en producto mediático que “llena diariamente ríos de tinta” y más aún si se trata de una de sus variantes: los Microplásticos.

Es un hecho que los plásticos y por ende los productos fabricados con este material, hacen que nuestras vidas sean más fáciles en muchos aspectos. Estos son normalmente más ligeros o económicos que otros materiales alternativos. También lo es que, si estos no se desechan o reciclan debidamente, dicho de otra manera, no se gestionan adecuadamente, pueden terminar en el medio ambiente donde permanecerán durante siglos con los riesgos que esto supone para la vida animal y vegetal.

Puestos en el medio ambiente de forma irresponsable, con el tiempo se degradarán en partículas cada vez más pequeñas, normalmente de menos de 5 mm, formando los llamados microplásticos y consecuentemente produciendo sus daños en la naturaleza.

¿Cómo llegan a producirse los microplásticos?

Pero ¿Cómo llegan a producirse estos microplásticos? La respuesta tiene muchas variantes. Partimos de la base de su definición: Los microplásticos son partículas sólidas de plástico compuestas por mezclas de polímeros y aditivos funcionales. Estos también pueden contener impurezas residuales.

A partir de ahí, los microplásticos pueden producirse de manera no intencionada. En estos casos se producen cuando grandes piezas de plástico, como por ejemplo los neumáticos, textiles sintéticos, envases, etc. se desgastan por su uso o por el tiempo. En este caso, su correcta gestión es parte de la solución. AEVAE lo hace con la recogida de los envases de fertilizantes de sus Asociados una vez han terminado su cometido.

Pero también, estos microplásticos pueden ser fabricados de manera intencionada y añadidos a productos para fines específicos, como las perlas exfoliantes en exfoliantes faciales y corporales.

¿Qué productos contienen microplásticos añadidos de manera intencionada?

Sí. Hay microplásticos fabricados específicamente que se añaden de manera intencionada a una gran variedad de productos. Un ejemplo de algunos productos cotidianos que los pueden contener son los cosméticos, los detergentes domésticos e industriales, productos de limpieza, las pinturas y productos utilizados en la industria del petróleo y del gas, etc.

Otro ejemplo son los microplásticos utilizados como material de relleno blando en campos deportivos de césped artificial. Sí. Hay microplásticos fabricados expresamente para incorporarlos de manera intencionada en la elaboración de otros productos, como un insumo más para incidir en el espesor, el aspecto y la estabilidad de un determinado producto.

En general, se calcula que en la UE se utilizan unas 145.000 toneladas de microplásticos cada año. También que, cada año, unas 42.000 toneladas de microplásticos terminan en el medio ambiente por utilizar productos que los contienen.

Fuente: www.echa.europa.eu

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