La RAE define la palabra envase como:
- m. Acción y efecto de envasar.
- m. Recipiente o vaso en que se conservan y transportan ciertos géneros.
- m. Aquello que envuelve o contiene artículos de comercio u otros efectos para conservarlos o transportarlos.
Según la ley 9/2006, de 28 de abril, sobre la evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente, en su disposición final quinta, definió la palabra envase como «todo producto fabricado con materiales de cualquier naturaleza y que se utilice para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías, desde materias primas hasta artículos acabados, en cualquier fase de la cadena de fabricación, distribución y consumo«.
La definición es distinta para los envases industriales o comerciales. En este caso se describen como «aquellos que son de uso y consumo exclusivo en las industrias, comercios, servicios o explotaciones agrícolas y ganaderas y que, por tanto, no sean susceptibles de uso y consumo ordinario en los domicilios particulares.»
Fuente: Generalitat Valenciana. Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente
En el año 2001, con la entrada en vigor del real Decreto 1416/2001, los envases vacíos de fitosanitarios deben ser obligatoriamente entregados a un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) (antes Sistema Integrado de Gestión – SIG) con el fin de evitar la contaminación del medio ambiente.
Un año después, la Ley 43/2002, de 20 de noviembre de 2002, de Sanidad Vegetal, recoge que se deben “cumplir las disposiciones relativas a la eliminación de los envases vacíos de acuerdo con las condiciones establecidas y, en todo caso, con aquellas que figuren en sus etiquetas” (Título III, Medios de Defensa Fitosanitaria, Capítulo III, Productos Fitosanitarios, art.41e),
En este contexto, los envases vacíos que se convierten en residuos, deben ser recogidos y transportados hasta las instalaciones de reciclaje y disposición final, por empresas gestoras autorizadas para este fin.
Aquellos envases vacíos elaborados a base de plástico, metal o cartón se les da de nuevo una segunda vida, después de pasar por el proceso de reciclado, transformándolo en una nueva materia prima, minimizando así los efectos que contaminan el medio ambiente.
Los envases vacíos que están compuestos por materiales difíciles o imposibles de reciclar, se incineran de manera controlada en instalaciones especiales, obteniendo vapor de agua como resultado de la energía resultante de la combustión, que a su vez puede utilizarse para generar energía eléctrica.
Hay envases vacíos que no puedan reciclarse ni reutilizarse, por los que se les consideran productos destinados a la eliminación. La tasa de recogida de envases vacíos sigue aumentando de manera progresiva.
Desde Aevae garantizamos la recogida y la trazabilidad para la correcta valorización de los residuos de envases agrarios. Nuestro SCRAP (Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor) se encarga de coordinar a todas las partes implicadas en la reducción y el tratamiento seguro y adecuado de los residuos, colaborando a la defensa del medio ambiente.